¿De qué sirvió todo el amor que te di? Si para ti, lo nuestro fue un juego.
¡Todo mi esfuerzo, dedicación y amor te lo entregue!
Te convertiste en mi mundo entero.
¡Pero hoy eres a quien más desprecio!
Me encuentro aquí, gritándo a los cuatro vientos que me ayude a olvidarte.
Que me ayude a arrancarte de mi corazón.
Como lo haría un jardinero al arrancar un rosal marchito de la tierra contaminada.
Lo mismo haré yo, al sacarte de raíz me sentiré aliviada.
¡Le grito a los cuatro vientos, tu nombre y tu recuerdo!
Tal vez logre suspirar sin sentir ese dolor en mi pecho.
Te escribo mil canciones con la esperanza de que la melodía te borre de mi vida.
Todo se vuelve inútil, cuando lo intentas de mil maneras, pero el recuerdo no se aleja.
Lo vuelvo a repetir, me encuentro aquí, gritándo a los cuatro vientos, implorando a que me ayude a olvidarte.
Escribiré una oración, o tal vez un conjuro.
¡Les rezaré a los santos o al mismo diablo!
¡De mi corazón te arrancaré, así sea lo último que me toque hacer!