¿De qué sirve ir a la escuela tantos años si jamás logramos aprender a deshacer el nudo en la garganta?
Siempre creí que lo peor en la vida, era morir sin haber amado; pero lo peor de la vida es tener esa horrible sensación de llorar y no poder lograr derramar ni una lágrima. Duele hasta el alma cuando se va formando ese nudo en la garganta y no hay manera de detener ese proceso. De repente uno puede imaginar como salen unas garras y nos degollan con intensidad y sin piedad.
Cuando esto me sucede, me pregunto: ¿Por qué no puedo llorar? ¿Se me habrá agotado la reserva de lágrimas? Y como toda una demente yo sola me contesto lo siguiente …
¿Pero cómo voy a llorar? si por años lloré más veces que las mismas que respiré.
Llega uno al punto donde el cuerpo se cansa, así el alma te indique que es el momento de desahogarte. Lo único que me queda por hacer es aguantar el dolor devastador del nudo que crece en la garganta. Ver a mi alrededor y fingir que todo está bien, sonreír como una dama, o sonreír como una idiota.
Al fin y al cabo, nadie nota la diferencia. Ni siquiera notan cuando el rímel se te corre por las lágrimas derramadas que se han evaporado con el tiempo pero que aun logran dejar huella en tu rostro. La reserva de lágrimas si se han agotado, lloré por las personas equivocadas, lloré por cosas sin sentido. Hoy le he encontrado sentido a todo ¡y no puedo llorar. Tendré que vivir con el horror de sentir como se corta mi garganta al endurecerse ese nudo…
Cuando recobro la cordura y se viene el pensamiento consciente… trato de aflojar mi nudo en la garganta de la única manera que aprendí a hacerlo.
¡Con tequila y con limón! Pero me engaño a mí misma, el nudo jamás se deshace, yo solo me he acostumbrado a vivir con el.